La primera

Primera entrada.

Hoy he tenido un día, francamente cansado. No es que haya hecho un esfuerzo físico muy grande, pero anoche no dormí nada. Llevo ya 3 días durmiendo de aquellas maneras, plasmándolo en un tweet que refleja mi frustración. Al final, ni duermo en las guardias ni cuando no tengo.
Pero vamos a lo que vamos:

Esta situación es inestable, pero cada día, con más fuerza, pienso que la Medicina de Familia es el pilar de la salvación de muchos pacientes, pero no dejo de pensar en todas las barreras que se nos ponen por delante para conseguirlo. Como dice un médico de mi Centro de Salud (al que le tengo mucho aprecio): "Vivimos día a día como si estuviéramos haciendo malabares con un palo y un plato encima, haciéndolos girar pero vigilando que no se caigan" y creo que ha retratado perfectamente cómo nos sentimos.

A primera hora nos reunimos en nuestro Centro de Salud. Cada día hay unas nuevos criterios, nuevas directrices, nuevas recomendaciones. Entre todo este caos, tratamos de reunirnos para poner en común todas las mañanas lo que recolectamos de las sociedades científicas y Ministerio de Sanidad y vertimos todas nuestras dudas, sugerencias e incluso, dificultades. Y cuando decidimos que esa reunión a primera hora termina (puesto que no nos podemos extender demasiado) comienza nuestro día.

Como muchos sabéis, soy residente. ¿Qué ha pasado con nosotros? Pues básicamente hemos dejado de ser profesionales en formación y hemos suspendido todas nuestras rotaciones, teniendo que acudir a nuestros centros a servir de apoyo en todo lo que podamos. Algunos haremos más, y otros menos, por supuesto. Pero todos con nuestra mejor intención. En realidad, todos los sanitarios ponemos nuestra mejor de las intenciones.

Es difícil hablar de lo que ya llevo sintiendo desde hace semanas, y recabar la información en una primera entrada, así que ya iré hablando de ciertos temas que me parecen interesantes.
Por ahora solo voy a pensar en que estamos llegando a un punto crítico:

Hoy he visto sedar al primer paciente por Coronavirus.

Soy R1, y aunque he hecho muchos años de carrera, nunca había visto sedar a nadie. Aún no he rotado por paliativos, y en el fondo, aunque me da vergüenza reconocerlo, he sido de las de pensar que ese mundo sería ajeno a mí.

Hasta que me lo he encontrado de bruces. Ese momento del que todos hablan, ese momento único, del que vas a formar parte con una familia que nunca más olvidará esta situación vivida. Siendo la muerte un hecho natural, irreversible, puede que tratemos lo máximo de evitarla, pero hace tiempo que pienso, que lo que intentamos es que todos la retrasemos mientras buscamos momentos que nos llenen, anécdotas por contar y vivencias que nos hagan sentir todo tipo de emociones.

Ahora es diferente. Ahora hay que decir adiós muy rápido. Ahora hay que procurar de que todo vaya bien a una velocidad de vértigo. Y asusta. Esta situación es tan cruel, que para muchos nos parece una pesadilla. ¿Cuántas personas van a vivir el duelo de una manera traumática? Porque toda esta situación es día a día cifras y más cifras, y es, francamente, una guerra de la que tendremos que hacernos cargo y acostumbrarnos. Acostumbrarnos a la muerte.

Da terror. Y en eso pienso mientras siento que quiero que el tiempo se detenga, y que todas esas personas dejen de sufrir.

Comentarios

  1. Aguanta. Y cuando todo esto acabe, tocará recuperarnos del batacazo. No será fácil y nos llevará tiempo, pero es el camino que hemos elegido. Cuando la tormenta se marche y vuelva la calma, no olvides. Luchemos por tener un barco decente en el que navegar cuando venga el próximo vendaval y sigue formándote para mejorar a nivel técnico, mental y espiritual. Mucho ánimo y gracias por todo lo que estás haciendo compañera.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares