There's always a way

 Difícil pero cierto. 

Aunque creamos que no, sin darnos cuenta, vamos andando. Andar cuando tienes las piernas rotas, lo único que hace es romperlas más y provocar que no te recuperes, que te desgastes, e incluso desenlaces mucho peores. 

Eso es lo que pasa cuando sigues haciendo cosas a pesar de que estás rota o roto. Por dentro, no estás bien, algo va mal, pero tienes que continuar, porque la vida no espera, el planeta sigue creciendo... y estás siendo egoísta por ir más lento.

La realidad, es que no estás obligando a nadie a ir a tu paso. Quizás se detengan, al ver a alguien que va a un ritmo distinto de la "normalidad" y se asombre, se asuste o le desconcierte. Es normal. Lo que no puede hacer nadie es empujarte, burlarse de ti o acosarte por la manera en la que estás andando. 

Todos podemos también aminorar los pasos y acompañar a esa persona. Escuchar lo que tiene que decir. 

Te das cuenta de que no va lento, va marcando su propio camino. Es una persona valiosa igual que todas las demás. Y me está enseñando que, no pasa nada por detenerte un poco. 

De repente, me pide si la puedo acompañar mientras da unos pasos algo más ágiles. Que se siente capaz. Yo, por supuesto, estoy aquí para lo que necesite, pero, debo seguir a mi vida y que volveré mañana. Que si me espera. 

Asiente. 

Al volver al día siguiente, la veo dar pasos más rápidos. Sonrío porque sé, que todos aquellos que la miraban con desdén, la mirarán pronto con incredulidad. Va a salir adelante. 

Que nadie olvide que ha sido obligatorio, que ha tenido que hacerse diferente, para no olvidarse y perderse por el camino. 

Comentarios

Entradas populares