La noche estrellada


Escribo ahora mismo estas líneas estando de guardia.
Son las 5:14. Es la primera vez en toda la residencia, que puedo detenerme a escribir porque tras una hora, no ha venido ningún paciente. La verdad es que no sé si alegrarme, lo reflexionaré mañana.
Lo que sí es cierto es que hoy ha sido una de las guardias que más me han dolido. El pecho me duele y me escuece desde las 8 que empecé, pero ahora ya directamente es que cuesta respirar. La mascarilla, los nervios, las situaciones, el COVID… Todo está a la orden del día. 
Empecé a las 8:00 am como de costumbre. Mi lugar estaba en boxes, que no es de mis sitios favoritos (ni supongo que para un R1). Al menos estaba al lado de una R4 muy maja, y había 3 adjuntos cerca. Desde el principio empezó a notarse tensión en el ambiente: Nos echaban los sanitoles (desinfectantes) en la mesa y nos pedían que lo limpiáramos en ese instante, nos sacaban toda la indumentaria (EPIs y demás) y había muchas órdenes, muchos lugares a los que se tenía que ir y muchos procedimientos a seguir. Imaginaba que, obviamente, en algún punto, fracasaría, porque al final no soy capaz de ser tan sistemática (y menos durante 24h).  No me equivoqué: Me olvidé de algunos pasos, me quitaba el EPI de forma errónea… Fue un poco caos en ese sentido. 
Y mientras ocurría eso, la adjunta nos asumía 5 pacientes entre la R4 y yo que se habían quedado de anoche. Intentaba entenderlo todo a la vez mientras ponía el Sanitol, pero era complicado. Yo ya iba nerviosa y me bloqueé más rápido que de costumbre, pero con la máscara era mucho más fácil disimular mis expresiones faciales. Aún tengo que acostumbrarme a eso, porque todo lo noto más frío, pero eso es otro tema.
Os cuento mis SEIS pacientes. Sé que no es mucho en 24 horas, pero  con EPIs y todo, han dado para mucho. Además que estos días por el COVID la gente intenta no venir, como está pasando ahora que tengo tiempo de escribir. Supongo que cuando sea R mayor asumiré más carga y me veré más preparada para ir más rápida y ser más efectiva, no lo sé. Me asigné los 3 primeros. 
1. DAI
La cosa es que empecé a asignarme un paciente al cual ni había visto, lo revisé como pude y ya tenía al Cardiólogo explicándome todo. Daba gracias a lo simpático que era, porque de otra forma no me hubiese enterado de mucho. No era complicado, y era prácticamente asumible. No daré muchas explicaciones pero tenía que ver con su DAI, una descarga del mismo. La verdad es que creo que, en este caso, esto me sobrepasa un poco. Me explicó un pelín pero me pierde un poco la Cardio.
2. PERICARDITIS
Tuve otro de tema Cardiología, que fue una pericarditis. No es muy frecuente, así que ahora que me estoy acordando, me voy a imprimir el ECG.
(Pues la impresora no funciona, genial.)
Continúo. 
Pues eso, no es una patología que se vea todos los días (por lo menos yo no) y empecé a preguntarme si, al ser la etiología más frecuente la vírica, tendría algo que ver el COVID. Además no era lo mismo ingresar a un paciente en Área COVID pendiente de Cardiología que directamente en planta, así que tuve que pedir el panel de COVID con el frotis. Ese fue mi primer paciente “real” porque el anterior estaba bastante resuelto y tuve que hacer algún trámite (además de pedir la firma correspondiente por ser R1, cosa que no me gusta demasiado a veces en estos casos). Al ser la radiografía normal (lo primero que llegó de toda el plantel) y analítica normal, esperé el frotis imaginando el resultado negativo, y esperé a que el tratamiento le hiciese efecto. Estuvo como unas 10 horas por el frotis, y todo salió bien. Pero hay algo que me faltó por lo que sigo dándole vueltas, incluso a esta hora. Espero que aun así, consiga recuperarse del todo.
RAO
Este me preocupó muchísimo. Era una hematuria tal que se transformó en una RAO. Era además, un paciente que me pasaron de anoche. Lo revisé de cabo a rabo (¿Nunca mejor dicho? ¿Está bien decir esto? No lo sé, son casi las 6 de la mañana y ya no razono) 
Y me diréis más de uno que una RAO que tranquila, que se sonda, se lava, lo que haga falta. 
Pues tenía una creatinina de 14,4. De novo. Así, de la nada. Cuando se lo conté al Urólogo se quedó perplejo (por la voz) e incluso pensaba que me había equivocado.  Ya de por sí la patología urológica me lía (que no sé por qué, la verdad, pero me lía) que encima este paciente estaba en fallo renal agudo sin antecedentes previos. Y para más inri, también testículos aumentados de tamaño. Todo en uno.
Al final se pactó terminando subiéndolo a planta pero sin saber bien cuál era el origen, si una hiperplasia benigna de próstata más una piedra, si qué. Si alguien se atreve a intentar adivinar, yo resuelvo este misterio en unos días. 
Como pasaba lo mismo con el anterior, tuve que pedir todo el protocolo COVID. Me daba una infinita pena el señor pasando las horas, pero de vez en cuando (cuando podía) le iba preguntando cómo estaba. A pesar de las creatininas no estaba mal de aspecto, ni tampoco empeoró, pero me mantuvo en tensión un tiempo. Incluso llegué a preguntar varias veces a los adjuntos si repetía analíticas o las seriaba, porque me agobié. Al final, todo bien. 

Gracias a la R4 estupenda con la que estuve y que otra residente vino a Boxes inesperadamente porque el nivel de consultas era algo más bajo y le apetecía (es muy resolutiva y trabajadora esa muchacha, la verdad), pude preocuparme de mi RAO + Pericarditis sin tener que cogerme más pacientes a lo largo de la mañana. 
DISNEA 
Pues como era de esperar, aparecieron 2 pacientes más estilo Disnea. Estaba claro que nos estaban diciendo COVID bien grande, así que me puse un EPI y fui a ver a los dos, aprovechando los recursos ya que no iba a hacer poner un EPI a nadie más. Primero esta paciente, que parecía peor de forma contada que luego la realidad. La escuché en ese fonendo infernal (madre mía, lo que me costó) puesto ahí con toda la protección del mundo para evitar contagios y oí soplo sistólico + crepitantes en bases auscultando solo por delante (por lo menos, porque con ese fonendo, no pude llegar a más) y la señora estaba orientada y consciente, pero era difícil la comunicación con mascarilla + sordera, así que estuve bastante rato para la anamnesis. 
Cuando salí y puse en orden todo lo que me había dicho, se lo conté a la R4 y me dijo que mejor se la quedaba ella. Así que le terminé explicando todo lo que vi (El soplo era antiguo). Por supuesto, COVID + al final. 
¿DISNEA?
Esta fue la siguiente Disnea. He camuflado el título para dar un poco más de expectativa a la cosa. La verdad es que este fue el caso por el que he empezado a escribir derrotada. Creo que nunca me olvidaré de esto, aunque me quedan muchas experiencias. 
Paciente que me cuentan las enfermeras que le ponga algo, porque tiene mucho dolor. Sin poder revisar al paciente porque iba con el EPI, pauto un Paracetamol  pensando qué era lo que le podía hacer menos daño mientras me daba un poco de tiempo para pensar.  Entré a preguntar y hacer la anamnesis. El paciente venía por dolor abdominal. ¿Y a qué viene la disnea? Le seguí preguntando pero no hallé más información. Palpé y tenía dolor en flancos. Al salir, revisé al paciente y miré sus antecedentes. Estuvo ingresado por COVID + hace poco. Si llegan a dármelo como dolor abdominal y no hubiese caído nadie, quizás no me hubiera puesto el EPI. 
Son las 6:15 ya, me estoy dando cuenta de que quizás, si algún otro día por tiempos de COVID hay tregua durante 2 horas en una guardia (inaudito, la verdad), ponerme a escribir. Se me pasa el tiempo rápido y me duele algo menos el pecho. Por otro lado, como se me borre todo esto veréis qué risa. Voy al baño, ahora vuelvo. 
El “ahora vuelvo” se ha convertido en media hora. Olvidaba la electricidad estática que provoca quitarte el EPI, madre mía. Queda ya, una hora. No puedo creer que no hayan venido pacientes, aunque estoy casi segura de que aparecerá alguno a primera hora, si no, no es la “Urgencia”
La cosa, vuelvo a retomar el asunto, que esto es importante. Estábamos con que el señor tenía un dolor abdominal, le habíamos puesto algo para el dolor y había estado ingresado por COVID. Pues plantilla COVID con algunas modificaciones en la analítica buscando dolor abdominal. 
En la radiografía de tórax se seguía informando de COVID, así que más o menos asumimos que era posible. Lo que no informaron fue algo que la adjunta a la que le pregunté advirtió: Cierto nivel hidroaéreo. Yo no veía nada, pero la adjunta me dijo que pidiera una RX de abdomen. Yo no confío mucho en ellas porque no suelen decir mucha cosa, pero hice lo que me ordenaron.
Y efectivamente tenía toda la razón, nivelazos hidroaéreos. A pesar de que el paciente no me contaba una clínica de obstrucción, pero dada mi inexperiencia y el miedo, decidí volver a entrar con EPI. Pregunté si había algún paciente más para aprovechar pero estaban todos ya asignados. Así fue como volví a interrogar al paciente y volví a explorarle.
Quizás con la etiqueta del diagnóstico es cuando más te sugestionas y  es cuando vas directo al pan. Como dicen muchos médicos y médicas: Si no piensas en ello no lo diagnosticas.
Así que empecé a indagar más en el dolor abdominal y a dejar el COVID de lado. Maldito COVID, por cierto, porque en parte me centré demasiado en eso y en la “Disnea” y menos en lo que realmente era importante. Supongo que gran lección. 
Ahí empecé a ver timpanismo, el dolor había mejorado pero decía que continuaba. Le reforcé la analgesia, pedí electro y tratamos de sondarle porque fue difícil extraerle muestra y por ver si quizás se aliviaba un poco, que lo hizo. También con las vueltas que le di, le hice un tacto rectal. 
Por cierto, olvidé ponerlo, así que voy a modificar el informe un segundo. 
(¿Veis? Es horrible, soy un desastre). 
Ya está. Son casi las 7. Me está ayudando escribir, la verdad. Quizás hace que se te ordene más la cabeza, o todo tu caos salga de algún modo. No lo sé. Me sigue doliendo el pecho, pero menos. B
(Me enrollo, pero queda bastante poco) No le habían operado nunca en zona abdomino-pélvica y no encontraba enfermedades aparentes. Me puse a mirar fármacos, quizás era eso. Pero desde luego había que seguir indagando porque cada vez estaba más timpánico.
Finalmente y con todo, no tomé una decisión concreta, pero con todo puesto, me sugirió la adjunta pedir un TAC. Ya era la hora de cenar, y todavía tenía el TAC por informar. 
Cuando vuelvo, me encuentro el informe: “Neoformación en colon” Y se me cayó el alma a los pies. No voy a describir mucho a este señor, pero era mayor y vivía con su esposa fuera de casa porque su hija les había echado. Solo la tenía a ella. Cuando supe el diagnóstico, me di cuenta de que yo era la que iba a romper sus sueños.
Hablé con él como pude. No supe cómo decírselo. Era mi primera mala noticia, mi primera. Lo intenté lo mejor que pude, pero fui muy directa, o eso creo. Obviamente, no se lo tomó bien. Y se hizo el silencio. Le tendí mi mano a pesar del COVID y el EPI, pero no obtuve respuesta por su parte. No supe ya qué hacer, porque aunque todos quieren algo de afecto en esos momentos, no todos somos iguales. Y entonces me aparté. Le dije si quería que se lo comunicase a su mujer, a lo que me contestó que sí. Tras eso, le dije si quería que le dijera algo de su parte, a lo que me contestó:
“Que a ver si nos podemos volver a ver pronto”
No es justo. Pero era lo que estaba pasando. Así que tocó respirar hondo y con el número de teléfono que me habían proporcionado, llamé. Me intenté poner seria. La mujer tenía un tono jovial y se le notaba una ilusión por alguna noticia, o quizás quería que le dijera que todo iba bien. Tuve que decirle la mala noticia. Maldita sea, lo digo en serio. La rompí en mil pedazos, se me echó a llorar y apartó el teléfono. Yo no sabía ya cómo actuar, pedí perdón y dije muchas veces que lo sentía. Sé que no es suficiente. Creo que aquí empecé a pensar en que nunca quise trabajar para hacer esto. Pero intenté no darle vueltas, porque si no me acabaría marchando de la Urgencia para no volver. 
Me quedé pendiente de él llamando a Cirugía y esperando todos los trámites. Pregunté una y mil veces si podía hacer algo más. Incluso recibí una bronca por parte del cirujano por mi insistencia. No seguí. Lo dejé estar.
Lo siento, I.

ESGUINCE
Y esta quizás es la mayor chorradilla, pero fue lo que me tocó por la noche, justo antes de partir. Dado que no había mucha gente, pudimos asumir 3 horas de descanso. El esguince no lo comento mucho porque no da más de sí, y quizás yo tampoco. Me quedan 45 minutos para irme.
Las 3 horas de descanso para mí se convirtieron en 25 minutos. No podía dejar de pensar en muchas cosas y tenía tal taquicardia que notaba además los extrasístoles, los vuelcos que me daban. Imposible dormir así. Bebí agua, me tumbé y cerré los ojos. Me recorría un calor, un malestar, los vuelcos… Me di tiempo, pero cuanto más te presionas para hacer algo, menos la haces. Así que me di de bruces contra la realidad: 25 minutos de descanso. 
Y aquí estoy, llevo desde las 5 sin pacientes, son las 7:15. Justo dos horas que he tenido para escribir y procesar esto. 
Otra guardia más… ¿Una menos? Lo que sí sé es que es un día más frente al COVID y que irá remitiendo.

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